miércoles, 13 de febrero de 2013

El gateo

Antes de empezar a gatear, el bebé necesita desarrollar de forma equilibrada todos los músculos de su cuerpo. Cuando el niño tenga unos meses recorrerá la casa a toda velocidad, desplazándose sobre las rodillas y las palmas de las manos.
Ejercicios con el bebé: ¡Vamos a gatear! Juegos de estimulación
 El gateo es una etapa importante en la evolución del bebé. Pero, previamente, el pequeño debe estirarse, rodar o sentarse por sí mismo.Te proponemos algunos ejercicios para que el niño aprenda a gatear. Eso sí: muchos niños no gatean y no pasa nada. Recuerda que es bueno estimular al bebé para que gatee, pero no hay que obligarle nunca.

El pañuelo de mamá

Este juego está al alcance de todos. Solo se necesita un pañuelo y un lugar cómodo y seguro donde tumbarle.
  • Colocamos al bebé boca arriba en una mantita. Nos ponemos de rodillas a su lado, con un pañuelo de colores atractivos, y lo acercamos a su cara, rozamos sus manitas, su barriguita, sus piernas... Mientras, le contamos lo que hacemos.
  • Al principio, con menos de tres meses, sus movimientos serán desorganizados y torpes, aunque seguirá el objeto con la vista si lo situamos sobre su cabeza, algo muy importante para el desarrollo de los músculos de los ojos y el cuello.
  • A partir de los tres meses alzará los brazos hacia el pañuelo e intentará tocarlo, sin mucho control aún. Debemos acercárselo lo más posible, y celebrar cada vez que lo toque.
  • Hacia los seis meses es capaz de agarrarlo y manipularlo. A esa edad podemos incluso colocárselo en un piececito, para que trabaje los abdominales a fondo.

La carretilla

A algunos niños les cuesta empezar a gatear. Para potenciar su fuerza y la confianza en sí mismos podemos jugar a "la carretilla".
  • Colocamos al niño boca abajo y, con sus manos apoyadas en el suelo, le sujetamos por las caderas. Poco a poco vamos bajando hasta sostenerle por los pies.
  • Le mantenemos un rato en esta postura, en un ángulo sensato, y cuando le veamos seguro sobre sus manos empezamos a balancearle suavemente hacia delante y hacia atrás.
  • Doblamos sus rodillas y le dejamos en el suelo en posición de gateo. Quizá siga balanceándose hacia adelante y hacia atrás.

De paseo en coche

Este "paseo en coche" le ayuda a desarrollar la conciencia espacial, y los dos lo pasaremos en grande.
  • Coge una caja grande de cartón y átale una cuerda. Mete un cojín dentro y coloca encima al bebé, que se mostrará encantado de estar ahí dentro, tan arropado. Dale cualquier objeto con forma circular y pídele que "conduzca", mientras tiras de la cuerda.
  • Puedes ir cantando alguna canción.
  • Cambia la velocidad a la que arrastras la caja por la casa.

Volando sobre la almohada

  • Cogemos una almohadita o un cojín circular mediano y colocamos a nuestro hijo boca abajo sobre él.
  • Con una mano bajo sus piernas y otra bajo sus axilas le ayudamos a rodar sobre la almohada hacia delante y hacia atrás.
  • Cuando se haya cansado de este juego le soltamos, de manera que quede sobre la almohada, con las rodillas y las manos apoyadas en el suelo.
  • Con el cojín o la almohada como punto de apoyo en el vientre, le dejamos que se quede en la postura de gateo un rato. Mientras tanto, le acariciamos la espalda mientras le cantamos o susurramos palabras bonitas.
  • Durante el juego, quizá el niño se sobresalte un poquito. Para que no se asuste, le tendremos todo el rato bien sujeto. Después de varios intentos, se acostumbrará y le encantará. Debemos respetar su ánimo: si no quiere seguir jugando, no insistamos.

¿A que no lo coges?

Este juego le sirve para desarrollar la musculatura abdominal y le ayuda a desarrollar la atención.
  • Colocamos al bebé sentado sobre la manta frente a nosotros.
  • De una caja sacamos un objeto que le resulte llamativo y lo dejamos justo al alcance de su mano, delante. A continuación vamos sacando objetos atractivos y los colocamos cada vez más alejados de su mano, hasta dejarlos fuera de su campo de acción.
  • Intentará coger todas las cosas que le atraigan. Es posible que, en más de una ocasión, se incline tanto hacia delante que se quede a cuatro patas. También puede que se balancee y haga todo lo posible por coger el objeto.

¿A que no me pillas?

No hay nada que alboroce más a los pequeños que el juego del «pilla pilla» si quien va delante es papá o mamá. No hay que esperar a que ande, lo podemos hacer durante el gateo.
  • Primero le instamos a correr hacia delante: "¡A que te pillo!", le diremos mientras marcamos con un zapatazo el principio de la carrera. "¡Te pillé!", le anunciaremos al alcanzarlo.
  • Entonces, le elevamos por la cadera y le soltamos en el aire, ante su regocijo.
  • Después, nos ponemos a cuatro patas delante de él y le instamos a que nos alcance: "¿A que no me pillas?", le diremos.
  • Cuando llegue hasta donde estemos también le elevamos en el aire, y celebramos su victoria con él.

domingo, 10 de febrero de 2013

cindy lozano mieles: BIENVENIDOS A MI PAGINA. ESPERO QUE LES SEA DE ...

Cindy Lozano Mieles:



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Estimulación temprana


¿Alguna vez te has preguntado el motivo por el que los seres humanos dependemos de los padres durante tanto tiempo en comparación con el resto de animales? La razón básica estriba en nuestro cerebro, cuya maduración requiere mucho más tiempo que el de la mayoría de especies. Todos hemos visto imágenes de animales que a las pocas horas de nacer ya caminan al lado de sus madres sin aparente dificultad. Desde luego, la supervivencia de un cervatillo resultaría muy difícil si éste no fuera capaz de seguir a su madre, que continuamente se está desplazando en busca de pastos frescos. Ni que decir tiene si no pudiera correr a las pocas semanas ante la presencia de un depredador.
Un bebé, sin embargo, tarda algo más de una año en empezar a caminar, por lo que su supervivencia depende en extremo de la protección de la madre. El caminar no es una habilidad innata que posea el bebé, sino que es el resultado de un aprendizaje. Un recién nacido sólo muestra un limitadamente conjunto de capacidades si las comparamos con las que irá adquiriendo con el transcurso de los años. Y la mayoría de habilidades que posee están relacionadas con su supervivencia: succionar para poder alimentarse, llorar para atraer la atención de su madre, o cerrar las manos para intentar aferrarse a aquello que las toca.
Esta total indefensible es consecuencia de un cerebro aún por formar. Pero esta circunstancia que puede parecer en principio negativa conlleva, en realidad, una enorme ventaja: el bebé será capaz de adaptarse mucho mejor al entorno y a las circunstancias cambiantes que cualquier otro animal cuyo cerebro ya esté programadoen el momento de nacer. Disponer de un cerebro moldea ble es lo que ha permitido a la especie humana progresar y sobrevivir incluso ante las condiciones naturales más adversas.


¿Qué es la Estimulación temprana?

La Estimulación temprana tiene por objetivo aprovechar esta capacidad de aprendizaje y adaptabilidad del cerebro en beneficio del bebé. Mediante diferentes ejercicios y juegos su intención es la de proporcionar una serie de estímulos repetitivos, de manera que se potencien aquellas funciones cerebrales que a la larga resultan de mayor interés. No sólo se trata de reforzar aspectos intelectuales, como su capacidad para la lectura o el cálculo matemático, sino que la Estimulación temprana también contempla los aspectos físicos, sensoriales y sociales del desarrollo.


¿Cómo se lleva a cabo?

La estimulación temprana se basa en la repetición de lo que se viene a llamar unidades de información o bits. Al igual que todos los niños aprenden a hablar por si mismos (a base de oír diariamente los sonidos del lenguaje), su cerebro es capaz de adquirir toda otra serie de conocimientos mediante la repetición sistemática de estímulos o ejercicios simples. Con la repetición se consigue reforzar las áreas neuronales de interés. Por ejemplo, para que un bebé gatee es necesario que controle el llamado patrón cruzado, esto es, la capacidad de coordinar su mano derecha con su pie izquierdo (y viceversa) y así avanzar. Nuestro cerebro está dividido en dos hemisferios, izquierdo y derecho, cada uno de los cuales controla la parte opuesta del cuerpo. Pues bien, los ejercicios de gateo refuerzan el patrón cruzado y, por tanto, ayudan a mejorar la coordinación entre los dos lados de nuestro cuerpo.




¿Resulta efectiva?

En la actualidad no existen estudios fiables que determinen si la Estimulación temprana realmente resulta efectiva o no en el desarrollo neuronal de un bebé. El problema es que no es posible volver atrás y probar que hubiera pasado si se hubiera actuado de manera diferente. Lo que sí resulta irrefutable son los resultados obtenidos sobre animales sometidos a algún tipo de Estimulación  A pesar de la limitada flexibilidad de sus cerebros, muchos investigadores han verificado un desarrollo neuronal superior de las áreas que fueron estimuladas de algún modo.

Desde luego, la decisión de poner en práctica un plan de Estimulación temprana es absolutamente personal. Pero debes tener en cuenta que la maleabilidad del cerebro decrece rápidamente con la edad. Así, el máximo desarrollo neuronal coincide con la etapa que va desde el nacimiento hasta los tres años de edad, para luego decrecer y prácticamente extinguirse a la edad de seis años. A partir de ese momento, las intervencionismos neuronales del cerebro ya están establecidas y los mecanismos de aprendizaje se asemejan a los de un adulto.
Es cierto que un programa de Estimulación puede resultar pesado y rutinario para los padres, ya que exige una cierta dedicación diaria. Pero, a pesar de que algunos autores pueda dudar de su efectividad, el tiempo invertido con tus hijos siempre resulta provechoso.



CINDY LOZANO MIELES.